Nadie duda de que la muerte de Halyna Hutchins se pudo evitar. La directora de fotografía de 42 años falleció debido a unas medidas de seguridad muy deficientes dentro del rancho Bonanza Creek, donde Joel Souza rodaba el western titulado “Rust”.
Como se sabe. durante un ensayo, el actor Alec Baldwin disparó con un arma que supuestamente contenía munición real, alcanzando tanto a Hutchins, como a Souza. Mientras que la herida de Souza permitió que fuera dado de alta horas más tarde, la muerte de Hutchins ha conmocionado Hollywood, impulsando un debate sobre la presencia de armas en platós mientras las autoridades de Nuevo México desarrollan su investigación y se lanzan las primeras demandas.
Una de estas corresponde a la interpuesta por Serge Svetnoy, iluminador y amigo íntimo de Hutchins. Tanto esta demanda como las pesquisas de la policía apuntan a tres focos: Alec Baldwin (como actor y productor de Rust), Hannah Gutierrez-Reed (armera a cargo del carro de atrezzo que contenía la pistola) y David Halls, ayudante de dirección que le entregó el arma a Baldwin asegurándole que estaba “fría”, es decir, que no contenía munición.
Según recoge The Hollywood Reporter, en las últimas horas ha sido presentada una nueva demanda a manos de Mamie Mitchell, la encargada de continuidad contratada para “Rust” que fue la primera en llamar al 911 el día del tiroteo. Por ahora, los detalles enumerados por esta demanda son los más perturbadores que se han cernido sobre la producción, apuntando a un clima de inseguridad absoluta y negligencia por parte de los responsables.
Mamie Mitchell, representada por la abogada Gloria Allred, afirma en su demanda que la escena que ensayaba Baldwin cuando murió Hutchis no debía incluir ningún disparo. Al parecer, lo que entonces debían preparar eran tres planos sencillos para grabar después del almuerzo: uno de los ojos de Baldwin, otro de una mancha de sangre en su hombro, y otro sacando la pistola de la cartuchera. “No había nada en el guion sobre que el arma fuera disparada por Alec Baldwin o cualquier otra persona”, asegura Mitchell. “Antes del momento en que Baldiwn descargó el arma, no se había convocado ningún ensayo y el equipo no había empezado a filmar”, agrega.
La historia se complica
La encargada de continuidad no solo culpa a Baldwin de haber disparado sin que el plan de rodaje lo contemplara; también cuestiona su proceder cuando recibió la pistola de manos de Halls. “Baldwin no tenía derecho a basarse en una supuesta declaración del ayudante de dirección de que era ‘una pistola fría’. El señor Baldiwn no puede escudarse en esto para intentar justificar el hecho de no haber comprobado él mismo el arma”, asegura. Cuando el actor disparó, asimismo, Mitchell se encontraba a menos de un metro por él, y la proximidad le habría hecho sufrir “graves traumas físicos, conmoción y lesiones”. Las mismas que, según asegura su abogada, van a impedirle seguir ejerciendo su profesión de ahora en adelante.
“Mamie no estará en condiciones de volver a ser script en ningún plato en un futuro próximo, tal vez nunca, debido a lo que experimentó”, declaró Allred en una rueda de prensa. Mitchell exige una cantidad sin especificar en materia de daños y prejuicios, y la demanda está destinada a Baldwin (como productor y responsable del disparo), a Gutierrez-Reed y a Halls, quien ya tenía a sus espaldas un considerable historial de negligencias antes de que le contrataran para “Rust”. Los productores, de hecho, también han sido demandados al completo, repartidos por sellos como El Dorado Pictures, Thomasville Pictures, Short Porchi Pictures, Brittany House Pictures o Streamline Global.
En los últimos días varias fuentes han hablado de incumplimiento de protocolos anti-Covid, descargas accidentales y una común preocupación por las medidas de seguridad que condujo a que, horas antes del tiroteo, buena parte del equipo abandonara el set. Para sobreponerse a ello se contrató a nuevo personal sin sindicar ahí mismo, participando de nuevas irregularidades que también registra la demanda de Mitchell. “Los productores pretendían saltarse lo que se consideraba irrisoriamente como la burocracia habitual en las producciones con base en Hollywood, llevando parte del aparato de rodaje de Rust fuera de Georgia y Nuevo México”, apunta la encargada de continuidad, que cita “al menos dos casos de fallos con armas previos” a la muerte de Hutchins.
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