Holanda es un gran país, quizás por su pequeño tamaño, quizás por su mentalidad iluminada.
Más allá de la liberalidad con respecto a los estupefacientes y el comercio sexual regulado por el Estado, hace poco reconvirtió todas sus cárceles en centros para refugiados, porque ya no tenía a quién meter preso.
Pero aquí estamos para hablar de otra buena noticia: Holanda se ha convertido en el primer país sin perros abandonados del mundo. ¿Acaso los sacrificaron? No, para nada, sigan leyendo y lo van a averiguar. Y hasta van a emocionarse un poco.
En primer lugar, Holanda ha sido uno de los primeros países en tomarse en serio la problemática de los animales abandonados y la proliferación de peludos en las calles.
A finales de los años 90, ya contaba con leyes de protección y salud animal, que penalizaban con multas de hasta 17.000 euros o hasta tres años de cárcel a quién maltrate o no trate adecuadamente a un animal.
Pero además de esto el gobierno puso en marcha cuatro pasos para lograr su objetivo:
1. Concientización
Las leyes no sirven de nada sin antes concientizar a una población de los horrores del maltrato animal, a tal punto de que éste fuese para las nuevas generaciones algo tan grave como el maltrato a los seres humanos.
Actualmente en Holanda, las mascotas cuentan con casi tantos derechos como los seres humanos. Incluso en ocasiones han llegado a heredar los bienes de sus dueños, algo que tiene un poco de sentido cuando pensamos que muchas veces los tratamos como si fuesen nuestros hijos.
2. Leyes y multas
Como mencionábamos, son muy duras con aquellos que abandonan perros. Llegan a miles de multas, incluso a la cárcel. Esto hace que muchas personas lo piensen dos veces antes de abandonar a un perrito que se volvió demasiado grande o demasiado molesto.
3. Campañas de castración gratuitas, masivas y obligatorias
A pesar de la concientización y las multas, el problema en Holanda era, también, que sus calles ya se encontraban repletas de perros callejeros. Esto tenía que ver con que muchos ciudadanos habían dejado de adoptar mixturas para comprar perros de raza. Por ello, era necesario evitar que los perros que ya vivían en la calle y no encontraban casa se siguiesen reproduciendo.
Es así como el Estado Holandés asumió el costo de las castraciones masivas y organizó campañas orientadas a los perros de la calle, de los refugios, y a aquellos dueños que así lo quisieran. A diferencia de las leyes más duras de otros países, en los Países Bajos no es obligatorio castrar a todos los perros que no sean de raza.
4. Impuestos altos a la compra de animales de raza
Como parte del problema consistía en la compra de animales "puros" en detrimento de las mezclas, por lo cual el gobierno decidió pasar leyes de altos impuestos para desalentar el negocio alrededor de los animales y fomentar que quienes realmente deseen un compañero y un amigo, no un símbolo de status vacío, adopten un perrito sin hogar.
De esa manera y siguiendo esos cuatro pasos, se han convertido en el primer país del mundo en no tener perros sin hogar. Y lo han hecho sin emplear una sola inyección eutanizante, sin menospreciar la vida de los animalitos.
Una diferencia y un progreso inmenso con respecto a esta foto de Manuel Litran aparecida en Paris Match en 1980, en donde mostraba los cuerpos de 140 perros que tuvieron que ser sacrificados por la Sociedad Protectora de Animales del país galo.