El “Reloj del Apocalipsis”, (Doomsday Clock), es un reloj simbólico que manejan en la ONG Atomic Scientists, de la Universidad de Chicago y que creado en 1947 por la artista Martyl Langsdorf para representar la gravedad de una amenaza nuclear. El reloj marca los minutos que faltan para la medianoche -hora en la cual se destruirá el mundo- simbolizando que estamos al borde de un evento apocalíptico.
En 2015 se adelantó a tres minutos para la medianoche, debido a la nueva amenaza nuclear y al calentamiento global. En 2016 se mantuvo en las 23:57 porque “los líderes mundiales siguen sin concentrar sus esfuerzos y la atención del mundo en la reducción de la extrema peligrosidad que representan las armas nucleares y el cambio climático”, según explicó la directiva.
A raíz de la pandemia del coronavirus, que ha puesto en jaque a las potencias y sus economías, la comunidad científica pidió a los líderes mundiales que dejen de enfrentarse, ya que el mal manejo de la crisis sanitaria dejó en evidencia de que no están preparados para enfrentar amenazas aún mayores como lo son una guerra nuclear y el cambio climático.
“La mortal y aterradora pandemia de covid-19 sirve como una llamada de atención histórica, un claro ejemplo de que los gobiernos nacionales y las organizaciones internacionales están mal preparados para hacer frente a las amenazas de las armas nucleares y el cambio climático que realmente podrían acabar con la civilización”, dijo Rachel Bronson, directora de la ONG Atomic Scientists.
Debido a la falta de progreso en el manejo de la pandemia durante 2020 el “Reloj del Apocalipsis” fue puesto a 100 segundos para la medianoche, lo más cercano que ha estado en su historia. “¡Despiértense!”, pidió a los jefes de Estado de las grandes potencias, el exgobernador de California, y presidente de la ONG, Jerry Brown.
“La pandemia reveló cuán poco preparados y poco dispuestos están los países y el sistema internacional para manejar adecuadamente las emergencias globales. En esta época de auténtica crisis, los gobiernos renunciaron con demasiada frecuencia a su responsabilidad, ignoraron los consejos científicos, no cooperaron ni se comunicaron de manera eficaz y, en consecuencia, no protegieron la salud y el bienestar de sus ciudadanos”, dice el informe.
“Estados Unidos, Rusia y las potencias nucleares del mundo deben dejar de gritarse entre sí. Es hora de eliminar las armas nucleares, no de construir más. Lo mismo ocurre con el cambio climático: Estados Unidos, China y otros países importantes deben abordar seriamente las emisiones mortales de carbono”, agregó.
Hay que recordar que el pasado 8 de noviembre, de acuerdo con el recuento de la Universidad de Johns Hopkins, el mundo llegó a los 50 millones de contagiados a nivel mundial. El martes recién pasado, es decir, dos meses y 18 días después, esa cifra se duplicó alcanzando los 100.971.306 de casos.
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