Cuando a finales del 2018, Daniel decidió que quería dedicarse al ballet profesionalmente, toda su vida cambió: tuvo que dejar su natal Chimbote, a sus padres y hermanos pequeños, para mudarse a un cuarto en la capital, cerca de la sede de la Escuela Nacional Superior de Ballet (ENSB). Casi dos años después, en medio de la pandemia del Covid-19, Luis tiene la oportunidad inesperada de seguir sus clases desde la sala de su casa, mientras su familia disfruta de verlo ensayar. Así se estudia ballet en el Perú hoy.
Sueños a distancia
Pocas semanas después de que se decretara el aislamiento social obligatorio en marzo de este año, e incluso antes que la mayoría de colegios y universidades del Perú, la gran maestra Gina Natteri y los profesores la ENSB tomaron la decisión de continuar con la enseñanza del ballet a distancia, para evitar que sus alumnos pierdan el año académico, y sobre todo para mantenerlos conectados a su pasión.
“Definitivamente esta adaptación no ha sido fácil. Nos hemos encontrado con problemas técnicos, como malas conexiones de internet, y espacios limitados en casa para desarrollar una clase de ballet, hasta retos mayores, como el desfase para seguir a los alumnos vía Zoom. Sin embargo, también han surgido sorpresas inesperadas, como que chicos de todas partes del Perú puedan cumplir su sueño de estudiar danza clásica sin tener que migrar”, explica la directora de la Escuela Nacional Superior de Ballet.
Y es que en tiempos donde reina el pesimismo y la crisis, los alumnos de ballet se han encontrado con nuevas herramientas para aprender, como conversatorios virtuales, donde profesionales de la danza les cuentan sus experiencias; clases maestras, a las que pueden acceder para repasar conceptos; y profesores muy creativos que han tenido que capacitarse y adaptarse para continuar enseñando mediante videollamadas.
Descentralizada y accesible
Esto también ha permitido a decenas de jóvenes de todas partes de Lima y del Perú volver al lado de sus familias, sin tener que renunciar a su meta de convertirse en bailarines profesionales. “Actualmente tenemos más de 300 estudiantes aprendiendo ballet en casa, desde niñas en Formación Artística Temprana, hasta jóvenes en Formación Artística Superior, y también adultos en los Cursos de Extensión, quienes han encontrado en la danza un pasatiempo para romper la rutina del confinamiento”, señala Natteri.
Otra medida que ha adoptado la Escuela Nacional Superior de Ballet es bajar las pensiones, para ayudar a la población estudiantil. Actualmente, el pago por todo un semestre académico se encuentra por debajo de los 300 soles. Esto abre una esperanza para quienes llevan el arte y la danza en las venas, especialmente en un país como el nuestro, donde las oportunidades de recibir educación de calidad son pocas. “Sin lugar a dudas, nuestra escuela se enfrenta a su mayor reto, desde su fundación en 1967. Estamos muy emocionados porque el próximo año tendremos nuestra primera promoción de estudiantes que superaron el reto de la “nueva normalidad”. Creo que todo lo que hemos vivido como comunidad este 2020 ayudará a que cada vez más personas vean al ballet como un arte más cercano, que incluso se puede practicar o apreciar en el hogar”, concluye la Directora de la ENSB.