El sector minero ha sido uno de los principales motores de la economía peruana en los últimos años, aportando alrededor del 16% del Producto Bruto Interno (PBI). Sin embargo, ha experimentado momentos muy duros en cuanto a paralizaciones y conflictos, lo que ha afectado su desarrollo y, en consecuencia, la inversión en el sector.
En este sentido, se puede plantear la hipótesis de que existe una relación negativa entre el desempeño de las principales compañías mineras del país y un contexto de conflictividad. Para comprobar esta hipótesis, se realizó un análisis de datos del periodo comprendido entre enero de 2020 y diciembre de 2022.
Los resultados muestran que, si bien el número de conflictos activos se mantuvo relativamente estable durante el periodo, fluctuando entre 138 y 161, no parece haber una correlación clara entre el número de conflictos y el desempeño del mercado minero. El índice S&P BVL Mining tuvo fluctuaciones similares, con valores que oscilaron entre 185.87 y 491.56 puntos. Este comportamiento contraintuitivo puede deberse a una variedad de factores, tales como el precio internacional de los metales, procesos inflacionarios, cambio en las perspectivas de largo o mediano plazo, entre otras.
Sin embargo, existen casos específicos en los que los conflictos afectan directamente el desempeño de una compañía minera en particular, tal es el caso de MMG – Las Bambas.
“Durante el segundo trimestre de 2022, la operación fue afectada por una serie de protestas comunitarias y disturbios sociales en la zona. Esto llevó a un cierre operativo de más de 50 días, lo que interrumpió tanto la producción como las ventas. Además, la compañía minera experimentó una disminución en las leyes de mineral molido durante el cuarto trimestre de 2022. Todo ello tuvo repercusión directa en el estado financiero de la empresa, lo que impactó negativamente el precio de la acción de MMG en la Bolsa de Valores de Hong Kong. Las paralizaciones han afectado las cotizaciones de la bolsa del país asiático, comprometiendo la producción de la empresa y las leyes procesadas”, señaló Andrés Gonzales, Country Mánager de Antroproyectos.
En este sentido, se confirma que el escalamiento o activación de conflictos puede resultar perjudicial para las operaciones mineras. Esta condición de inestabilidad social, encuentra sus mayores repercusiones en la ampliación de operaciones o inversión en nuevos proyectos.
La proyección de inversión en proyectos de construcción en el Perú para el período 2022-2026 asciende a US$ 6 304 millones. El monto estimado para 2022 fue solo US$ 147 millones, debido a varios factores que impidieron el inicio de construcción en algunos proyectos.
En conclusión, la crisis social en el sector minero del Perú afecta la inversión en el sector. Si bien no hay una correlación clara entre el número de conflictos y el desempeño del mercado minero en general, estos tienen un impacto negativo en la producción y las finanzas de las compañías mineras, lo que afecta la inversión minera en general, especialmente los nuevos proyectos o proyectos de ampliación.