Aristóteles aseguraba que “el hombre es un ser social por naturaleza”, y siendo así, no es de extrañar que la conexión social sea en nuestros días el factor de protección más fuerte contra la depresión.
De acuerdo a una investigación realizada por científicos del Hospital General de Massachusetts y publicada en la revista científica The American Journal of Psychiatry, las relaciones sociales son el mejor remedio contra esta enfermedad mental. Además, la reducción de actividades sedentarias, como ver la televisión o dormir la siesta durante el día, también podría ayudar a reducir el riesgo de depresión.
“La depresión es la principal causa de discapacidad en todo el mundo, pero hasta ahora los investigadores se han centrado sólo en un puñado de factores de riesgo y de protección”, explicó Karmel Choi, investigador del Departamento de Psiquiatría y de la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, y autor principal del artículo. “Nuestro estudio proporciona el cuadro más completo hasta la fecha de los factores modificables que podrían afectar el riesgo de depresión”, aseguró.
En su estudio, los investigadores tomaron datos de más de 100.000 participantes en el Reino Unido para examinar sistemáticamente una amplia gama de factores modificables que podrían estar asociados con el riesgo de desarrollar depresión, como la interacción social, el uso de los medios de comunicación, los patrones de sueño, la dieta, la actividad física y las exposiciones a la naturaleza.
En la segunda etapa, se tomaron los factores modificables más fuertes y se aplicó una técnica llamada aleatorización mendeliana para investigar qué factores pueden tener una relación causal con el riesgo de depresión. Mediante este enfoque, se logró estrechar el campo a un conjunto más pequeño de objetivos prometedores y potencialmente causales para la depresión, publica Neuroscience News.
“El más destacado de estos factores fue el nivel de confianza en los demás, pero también las visitas a familiares y amigos, todo lo cual puso de relieve el importante efecto protector de la conexión social y la cohesión social”, reveló Jordan Smoller, jefe adjunto de investigación del Departamento de Psiquiatría del Hospital General de Massachusetts y autor principal del estudio.
Los efectos protectores de la conexión social estaban presentes incluso en las personas que corrían un mayor riesgo de depresión, como resultado de la vulnerabilidad genética o de un traumatismo temprano en la vida, explicaron los investigadores.
Por otra parte, los factores asociados con mayor riesgo de depresión incluían el tiempo que se pasaba viendo la televisión, aunque los autores señalan que es necesario realizar más investigaciones para determinar si ese riesgo se debía a la exposición a los medios de comunicación per se o si el tiempo frente a la televisión era un indicador de que se trataba de una situación sedentaria.
Por otra parte, la tendencia a dormir la siesta durante el día y el uso regular de complejos vitamínicos también estaban asociados con el riesgo de depresión, aunque también es necesario realizar más estudios al respecto.