El domingo 18 de mayo, mientras Dina Boluarte asistía a la ceremonia oficial por el inicio del pontificado del papa León XIV en Roma, un grupo de diez peruanos intentó acercarse a la Plaza de San Pedro con pancartas y mensajes críticos hacia su gestión. Entre los lemas que se escucharon destacaba “¡Dina asesina!”, en referencia a las muertes ocurridas durante protestas en Perú bajo su gobierno.
Los manifestantes buscaban visibilizar ante la comunidad internacional su descontento por la situación de derechos humanos y la violencia política en el Perú. Sin embargo, el personal de seguridad italiano frustró su intento antes de que pudieran ingresar al núcleo de la plaza, impidiendo que su protesta interrumpiera la ceremonia religiosa.
Intervención policial y consecuencias
La policía de Roma confirmó que los diez ciudadanos peruanos fueron interceptados y retenidos por personal encargado del control de accesos. Posteriormente, agentes de la DIGOS – la unidad especializada en investigaciones y operaciones especiales de la Policía de Estado italiana – procedieron a identificarlos para determinar posibles responsabilidades legales.
Este episodio ocurrió bajo una estricta vigilancia debido a la significancia del evento religioso y la presencia de altas autoridades internacionales, incluyendo la propia presidenta Boluarte. Las autoridades italianas no reportaron desórdenes mayores, pero recalcaron el carácter preventivo de la retención de los manifestantes.
El rechazo de la comunidad peruana en Italia
La protesta detenida en el Vaticano no fue un hecho aislado. Días antes, grupos de peruanos residentes en Italia habían anunciado su intención de manifestarse contra la presencia de Boluarte en Roma, expresando su indignación ante la crisis política y social en Perú. Entre sus consignas, denunciaron la “corrupción” y la “impunidad” del gobierno actual.
Las movilizaciones en Roma, incluso dentro recintos religiosos, buscaban llamar la atención sobre los hechos de violencia y la inseguridad percibida en el país sudamericano bajo la gestión de Boluarte.
La respuesta internacional y las repercusiones
La detención de los diez peruanos ha generado reacciones encontradas en redes sociales y entre organizaciones defensoras de derechos humanos. Para muchos, la represión de la protesta pacífica en un contexto internacional pone de relieve la gravedad de las demandas ciudadanas y la intención de llevarlas a foros globales, como el Vaticano.
Por su parte, la Jefatura de Policía de Roma indicó que la acción se enmarcó dentro de los protocolos habituales de seguridad en eventos de máxima importancia y afluencia diplomática.
Una protesta que trasciende fronteras
El incidente en la Plaza de San Pedro es una muestra de cómo el descontento social hacia el gobierno peruano ha trascendido fronteras. La comunidad peruana en el exterior se ha convertido en un actor relevante para visibilizar la crisis interna del país y exigir respuestas tanto en foros nacionales como internacionales.
El caso de los diez detenidos en Roma refuerza la percepción de una creciente vigilancia y restricción a las manifestaciones políticas en espacios públicos, especialmente cuando involucran figuras de alto perfil y eventos globales.