Diana Kim es una fotógrafa que realizó un foto-documental sobre la vida de la comunidad de personas sin hogar en Honolulu. Diana, durante su trabajo fotográfico, descubrió que su propio padre era parte de esta comunidad. Un hombre al que su abuela había dado por muerto hace ya varios años.
"Algunos de los recuerdos más antiguos que tengo con mi padre es de él dándome dulces cada vez que lo visitaba junto a mi madre. En ese tiempo lo único que yo quería era comer dulces, y él era capaz de ir por detrás de las espaldas de mi mamá para darme ositos de gomita o cualquier otro tipo de caramelos."
Diana Kim comenzó su foto-documental sobre las comunidades de personas sin techo 9 años antes de encontrarse con la sorpresa de que su padre era parte de esta comunidad. Fue la abuela de Kim quién le advirtió que la salud de su padre había empeorado luego de que él y su madre se divorciaran cuando ella tenía 5 años, que el no se quería bañar, comer o tomar ningún tipo de medicamento para tratar su esquizofrenia y que ella ya no sabía donde vivía.
La primera vez que Diana vio a su padre fue parado en una esquina cerca de la calle, ella describió la escena diciendo que el estaba solo, y completamente perdido. Había perdido mucho peso y cuando ella le gritó para llamar su atención, el no solo no la reconoció, si no que no le respondió en lo absoluto.
"Una mujer se me acercó y me dijo ni te molestes en intentarlo, el ha estado ahí parado por días, es lo que él hace. Quise gritarle a la mujer por no importarle, por ser tan cruel, y por no considerar que él era mi padre. Luego me di cuenta de que enojarme no cambiaría en nada la situación en la que nos encontrábamos, así que me giré de frente a él y pensé tengo que intentarlo"
"Fotografiar a mi padre se transformó en un mecanismo de defensa para mi misma. Podía poner la cámara de mi teléfono frente a mi casi como si esa barrera me ayudaría a mantenerme junto a él."
"Dolió verlo así. Algunos días estaba ahí mirando hacia el suelo, porque simplemente no podía verlo en esas condiciones. Mi propia sangre, pero aún así un extraño".
"Alejarme fue siempre la parte más dura. Saber que cualquier pequeño momento que teníamos juntos era una ventana para intentar que el aceptara ayuda. Pero el nunca respondió, ni siquiera me miraba. ¿Qué podía hacer?
"Muchas de las fotografías fueron espontáneas. La fotógrafa en mi me dijo que esas fotografías debían tener un sentido, que debía crear algo que funcionara como evidencia de la situación. Algo que me recordara que él era real, incluso cuando me alejaba."
"Habían noches en que no lograba encontrarlo, y otros días, cuando menos lo esperababa, me lo topaba en la calle. El sufre de esquizofrenia severa y nunca se la trató. Habían días en que se ponía a discutir con alguien en la calle, pero estaba solo".
"No puedo contar la cantidad de veces en que me senté junto a mi padre, preguntándome como sería su futuro. Me sentaba ahí en silencio, rezando por un milagro que lo hiciera aceptar ayuda. El se negaba a recibir cualquier tipo de tratamiento, comida, bañarse o incluso usar ropa nueva. Muchas veces pensé que el moriría ahí, en la calle".
Diana Kim usualmente encontraba a su padre en esa esquina, rodeado de cajas de cartón.
Dormía detrás de varias tapas de cartón en posición fetal.
Ella le llevaba comida todas las noches luego de que sus hijos se dormían. Se agachaba detrás de él e intentaba convencerlo de que necesitaba medicación y ayuda médica, pero él nunca dijo nada, ni siquiera contacto visual con su hija.
Un día, luego de dos años documentando la vida de indigente de su padre, viviendo en las calles de Honolulu, sin aceptar ningún tipo de ayuda, Diana no pudo encontrar a su padre en ningúno de sus lugares habituales. Más tarde se enteró que su padre había sufrido un ataque al corazón, y alguien lo había encontrado y llevado a un centro clínico.
"Sufrir un ataque al corazón realmente salvó la vida de mi padre. Le dio la oportunidad de volver a estar baja tratamiento, y ha sido así desde entonces".
"Mi padre está muy bien hoy en día, está muy orgulloso del hecho de que sobrevivió a un escenario tan adverso. Tiene metas, tiene esperanza y un futuro mucho mejor."
Kim dice que su padre, a veces, aún tiene una mirada perdida en sus ojos, como si aún tuviera cosas que mejorar. Ella se lo toma día a día, y está agradecida de la relación que tienen hoy, esta agradecida de que el está vivo, y está en su vida.
"Por el tiempo en que estemos vivos en este mundo, todos los días son oportunidades en donde podemos tomar o dar una segunda oportunidad. No existen los fracasos a no ser que te rindas, y el nunca se rendirá, y yo nunca me rendiré."
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