Tras 24 años del trágico accidente de automóvil que acabó con la vida de Lady Di, aún hay detalles inéditos por conocer, que están siendo recogidos en una investigación del Daily Mail. Todo quedará plasmado en una serie histórica y varios podcasts que servirán para recordar a la princesa en el que hubiera sido su cumpleaños 60.
Y esa reconstrucción se está haciendo en base a testimonios de quienes vivieron esas últimas horas de Diana de Gales, entre ellos el jefe de bomberos, el médico que estuvo con ella hasta que llegó la ambulancia y el sacerdote que rezó por su alma.
Gracias a sus relatos se ha podido reconstruir fielmente y con más detalle lo que sucedió esa fatídica noche en el puente del Alma, donde se estrelló el Mercedes negro en el que viajaban Dodi Al Fayed, Diana, un guardaespaldas y el subdirector de seguridad del Ritz.
Minutos después del accidente, el doctor Frederic Mailliez entró en el túnel en la otra dirección. Según contó al periódico británico, venía de una fiesta de cumpleaños con su pareja, así que no estaba de servicio, pero no dudó en parar y ver si podía prestar auxilio a las posibles víctimas, recoge Vanitatis.
“Dentro del Mercedes, dos personas aparentemente ya estaban muertas y dos resultaron gravemente heridas, pero aún con vida. Así que hice una evaluación muy rápida. Luego fui al automóvil para buscar el poco equipo médico que había allí, volví al interior del vehículo y traté de ayudar a la joven. Estaba sentada en el suelo en la parte de atrás y descubrí entonces que era una mujer muy hermosa y que no tenía ninguna herida grave en la cara. No sangraba, pero estaba casi inconsciente y tenía dificultad para respirar. Entonces mi objetivo era ayudarla“, recordó
El médico asegura que la escena empezó a llenarse de cámaras y flashes, lo que le sorprendió bastante. Sin saber que en realidad se trataba de la nuera de Isabel II, Mailliez le hablaba en francés tratando de ofrecerle consuelo por si podía oírle, hasta que alguien le dijo que era inglesa y cambió de idioma. Su crucial tarea terminó con la llegada de los servicios de emergencia.
Tampoco la reconoció a primera vista el sargento de bomberos Xavier Gourmelon cuando llegó al lugar con su equipo. Lo primero que hicieron fue sacar a las víctimas mortales de la parte delantera del vehículo, luego él se acercó a la princesa, que ya consciente le dijo: “Dios mío, ¿qué ha pasado?”. Xavier trató de calmarla, luego le pusieron un cuello ortopédico y un respirador, además de taparla con una manta isotérmica para trasladarla urgentemente al hospital Pitié-Salpêtrière de París. Su respiración era normal y su pulso también, así que el jefe de bomberos no esperaba ese fatal desenlace, según reconoció.
El equipo médico que la atendió en ese traslado recuerda que de pronto su presión arterial empezó a bajar mucho y hubo que administrarle dopamina. Aunque pareció estabilizarse, durante el trayecto al centro médico sufrió otra crisis. Lady Di llegó en estado de shock traumático y el cirujano cardiotorácico de guardia, el Dr. Bruno Riou, comprobó que había sangrado interno. El pronóstico no era bueno, pues sufrió varios paros cardiacos y, pese a los esfuerzos de reanimación, falleció.
Aquí entra otro de los protagonistas de los nuevos testimonios sobre la noche de la muerte de Diana, el padre Yves-Marie Clochard-Bossue. Él mismo cuenta que lo llamaron preguntándole por el contacto de un sacerdote anglicano y, al no poder ayudarles, colgó el teléfono. Sin embargo, la llamada se repitió, se le informó de lo sucedido con la princesa Diana y accedió a ir, pese a ser católico. Tras confirmarse el fallecimiento de Lady Di, lo llevaron a la habitación donde se encontraba el cuerpo para que rezara unas oraciones por su alma. “La vi por primera vez allí. Estaba completamente intacta, sin marcas, ni manchas, ni maquillaje. Completamente natural. Y ella era una mujer realmente hermosa y parecía como si… Casi podrías hablar con ella”, rememoró.
Yves-Marie no tiene reparos en confesar que en un principio no le tenía simpatía a Diana, por su relación pública con Dodi Al Fayed: “Todas esas fotos, los enamorados… Para una mujer que es madre de un rey…, que no se estaba portando bien. No simpatizaba con ella”. Luego pensó inmediatamente en sus hijos, los príncipes Harry y Guillermo: “Van a tener que despertarlos y decirles: ‘Se acabó’… Es lo peor”. Mientras el sacerdote rezaba por su alma, el entonces ministro del Interior francés, Chevènement, confirmaba al mundo que la princesa estaba muerta.
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