Byron Geldard, en ese entonces de 18 años, había terminado la escuela y acababa de regresar de sus vacaciones de verano junto a sus amigos.
Byron dijo que fue difícil y que le tomó un tiempo aceptar lo que estaba pasando. "Para ser honesto, fue todo bastante surreal", comentó.
"Allí estaba yo. Con una prueba de embarazo positiva y con algo creciendo dentro de mí. Pensé que iba a terminar en un documental", agregó el joven.
El adolescente de Huntingdon, Cambridgeshire, primero fue al médico luego de sus exámenes. Se quejaba de un dolor en el costado, pero su doctor de cabecera le dijo que se trataba de solo un dolor muscular causado por el ejercicio realizado en el gimnasio.
En agosto, él y sus amigos fueron a un viaje de chicos a Kavos en Grecia. Sin embargo, a su regreso, se dirigió nuevamente al doctor. Éste encontró un bulto en su lado e inmediatamente lo envió a hacerse a una ecografía.
El radiólogo del Hospital de Hinchingbrooke, le dijo que se pondrían en contacto con él. Byron volvió a casa para encontrarse con el teléfono sonando. Era el hospital diciéndole que tenían una cama en la sala de adolescentes con cáncer.
Las imágenes revelaron que el joven tenía un tumor que se había extendido a sus pulmones. Los especialistas le dijeron que padecía de cáncer, pero no estaban seguros de qué tipo era.
"No sabían qué tipo de cáncer tenía. Podría haber tenido cuatro o cinco tipos diferentes. El médico continuaba diciendo cosas, pero realmente no iban bien… Salí de la habitación y me desmayé. Creo que fue el miedo a lo desconocido", comentó.
El joven fue remitido a la unidad de Adolescentes con Cáncer en Cambridge, donde le pidieron que entregara una muestra para una prueba de embarazo con el fin de comprobar sus hormonas.
Luego de consgeuir un resultado positivo, Byron Geldard fue diagnosticado con cáncer testicular en etapa 4, la cual se había extendido a sus pulmones y abdomen. Ese día, el día en que se suponía que sabría los resultados de su prueba luego de tantos meses de preocupación, de inmediato se convirtieron en algo insignificante.
"Le entregué al hospital una muestra de orina. La prueba de embarazo dio positivo e inicié la quimioterapia el día después de haber sido diagnosticado".
"A lo largo de mis ciclos de quimio, el hospital supervisó la hormona del embarazo mediante análisis de sangre. La hormona estaba muy muy alta, pero estaba gradualmente declinando, lo que era una buena noticia. Los tumores en mi abdomen y pulmones se estaban encogiendo".
Byron, en diciembre de 2015, se sometió a una cirugía en donde la extirparon el tumor en el abdomen, un testículo y el sistema linfático detrás de su estómago. El 19 de enero, las pruebas revelaron algo muy positivo: el joven estaba libre de cáncer.
"Realmente fue una sensación muy extraña el que me digan que estaba bien de nuevo. Tú lo que esperas es de alguna forma volver a la normalidad, pero mi mente había cambiado por completo", dijo.
"Antes de que todo esto ocurriera, tú crees que tienes garantizada tu vida hasta alrededor de los 85 años, pero esto me hizo realizar mi propia mortalidad. En cierto modo, tuve una crisis de mediana edad temprana. Hay una cita que me ayudó a superar que era: 'Ayer es historia, mañana es un misterio y hoy es un regalo'. Puede ser de Kun Fu Panda, pero es cómo me siento", comentó.
Actualmente, el joven de 19 años, se ha convertido en embajador para el Teenage Cancer Trust, una organización que ayuda a jóvenes con cáncer y tiene la esperanza de poder difundir su conocimiento.
Ha contado con la ayuda del comediante John Bishop, para un video en Youtube sobre sus experiencias, planea visitar colegios locales y también está escribiendo una rutina de comedia acerca del cáncer testicular, para ayudar a educar a las personas.
"El cáncer ya no es una sentencia de muerte y me gustaría difundir ese mensaje", dijo Byron.
Siempre hay esperanzas para combatir esta terrible enfermedad. Comparte esta historia para que todos tomen conciencia.