Horribles momentos vivieron las familias víctimas del holocausto durante la Segunda Guerra Mundial. Miles de niños que lograron escapar de la Alemania Nazi crecieron preguntándose qué sucedió sus padres, hermanos o abuelos.
Miriam Shapiro de 81 años se pasó prácticamente la vida completa cuestionándose sobre el trágico destino de su familia, hasta que finalmente encontró unas fotografías viejas que le dieron todas las respuesta que siempre buscó.
Nació en Alemania Occidental dentro de una familia judía. Durante los primeros días del régimen Nazi, Miriam vivía con sus padres, su hermana menor Edith y su hermano mayor Otto. A pesar de su corta edad, ella recuerda haberse ocultado junto a sus hermanos en la habitación de sus padres durante la "Noche de los Cristales Rotos".
También recuerda claramente el instante en que llegaron los Nazi y se llevaron a sus padres mientras ella y sus hermanos se ocultaban bajo la cama. Años después descubrió que su madre había desaparecido, mientras que su padre murió en un campo de concentración tres semanas antes de que los liberaran.
Durante varias décadas Miriam buscó documentación que se relacionara con sus padres o con sus hermanos, ella necesitaba saber qué había sucedido con ellos, cómo y dónde habían muerto. Sin embargo no fue hasta que cumplió 80 años que el museo de Holocauso de Amsterdam le envió una serie de fotografías, donde en una de ellas aparecía su hermano, Otto de 12 años.
Junto a la fotografía de su hermano venía un certificado de defunción. Era la confirmación de que su hermano había fallecido, además de toda la información que Miriam, durante tantos años, había deseado encontrar.
Otto murió en un monasterio a las afueras de Londres, el cual también funcionó como escuela para niños huérfanos. Gracias a esta información y la ayuda de genealogistas ingleses, Miriam logró dar con lo que tanto había ansiado. La tumba de su hermano.
En compañía de sus hijas, Miriam finalmente logró conocer la tumba donde yacían los restos de Otto, en un cementerio judío ubicado en uno de los suburbios de la capital inglesa. Ahí Miriam realizó una oración por su hermano fallecido.
Además de haberse reencontrado con su hermano, Miriam se reencontró con Joey Flux, hijo de quienes la cuidaron durante su infancia en Manchester.
La familia Flux había recogido a muchos niños refugiados después de la guerra. Fue la primera vez en que Joey y Miriam se vieron luego de 64 años.
Miriam trajo consigo 4 piedras de Israel para colocarlas sobre la tumba de Otto, ellas representaban cada uno de los miembros de su familia. "Tenía el deber de llorar por toda mi familia y cerrar el círculo".
A pesar de lo doloroso que fue la visita para Miriam, ella declaró sentirse feliz al haber podido terminar con las incertidumbres. "Alguna vez tuve una madre, un padre y dos hermanos. Hoy no me queda más que poder contar mi historia a futuras generaciones" dijo Miriam.