El juez Edgar Agustín Rodríguez Beiza en Ciudad de México ha protagonizado un polémico hecho: desestimó una denuncia por violación, interpuesta por Michelle, residente de ortopedia, porque el presunto agresor fungía como su profesor adjunto pero no era su jefe directo y porque además había intercambiado mensajes “joviales” con él. Además, argumentó que no recurrió al código de emergencia que había acordado con una de sus amigas y porque denunció meses después.
Otros motivos
Al juez, esos elementos le parecieron suficientes para concluir que no había indicios de un ambiente de coacción sistemática hacia la víctima. Además, la acusó de contradecirse basado únicamente en la palabra de una empleada que no la vio llorar, pero que no presenció de manera directa el hecho.
¿Qué harán los abogados?
Los abogados de la estudiante apelaron la decisión este martes. Señalaron los agravios de la valoración inadecuada de pruebas y la nulidad injustificada de algunas de ellas. Además, manifestaron de que no se juzgó a la víctima con perspectiva de género y no hubo imparcialidad en la actuación del juez.
¿Cómo fue la denuncia?
Michelle cursa el cuarto y último año de su especialidad en Traumatología y Ortopedia mediante una residencia en un hospital privado, parte de un programa académico que gestiona y acredita la UNAM. Desde el principio dijo que se enfrentó a un ambiente pesado y hostil, sujeto a un orden de jerarquías muy marcado.
Desde su tercer año como residente, vivió situaciones de hostigamiento laboral y acoso psicológico —frecuentes en las residencias médicas, relata— por parte de su jefe directo. Sin embargo, fue quien se ostentaba como profesor adjunto del programa, Carlos Alberto Vidal Ruiz, quien en agosto de 2021 comenzó a acosarla con la insistencia de convivir fuera del hospital.
“(Actuó) aprovechando toda esta posición de jerarquía, de ser mi jefe, y abusando de la confianza que tenía con él, porque él sabía de los problemas que yo estaba teniendo en la residencia por el hostigamiento laboral de mi otro jefe”, asegura Michelle.
Después de cerca de cuatro meses, sufrió un accidente en noviembre de 2021. El denunciado, según ella al menos 14 veces a verse fuera del hospital. Fue entonces cuando ocurrió la violación.
“Lo último que necesitas, y más en un ambiente tan hostil como el del hospital, es tener a tu jefe encima. Yo daba largas, lo evadía, le ponía pretextos, le inventaba cosas. Finalmente, el día que sucedió, yo estaba en ese periodo de incapacidad porque me tuvieron que operar el pie por un accidente; me llama otro residente y me dice: ‘Mich, ya regresa al hospital, no importa cómo estés, porque (el otro jefe) no para de decir que ya te va a correr‘”. Fue entonces cuando accedió y dijo que ocurrió la violación.
Violaciones en México
En abril del 2021 México llegó a su máximo histórico en violaciones con 2 mil 17 casos. Además, la brecha de los dos mil registros también fue superada para octubre con 2 mil 13. En tanto, las cifras de los meses restantes rondaron entre un mínimo de mil 700 (noviembre 2021) a mil 963 (junio del 2021), esto con base en el reporte de seguridad de noviembre del mismo año.
A nivel global, 1 de cada 3 mujeres han sufrido violencia física y/o sexual y en algunos países esta proporción aumenta a 7 de cada 10.