Ailín Cubelo Naval había comenzado la secundaria cuando se dio cuenta de que no quería ser madre, “No, no quiero dedicarle 20 años de mi vida a una persona”, dice esta argentina de 22 años que decidió a temprana edad ligarse las trompas para no tener hijos.
La joven dice que la maternidad no es algo natural, sino que cultural, por lo que cree que la mujer tiene todo el derecho de decidir si quiere o no tener hijos.
“Eso lo veo hoy: papás que salen a pasear con sus hijos y las nenas van con un cochecito llevando a su propio bebé de juguete. Por eso creo que el mandato de maternidad no es algo natural, es muy cultural. Hay muchas personas que nunca se cuestionaron el tema de ser o no ser padres, siguieron un caminito: las mujeres se tienen que reproducir para la mayor parte del mundo. O sea, si tenés útero tenés que parir, es tu destino”, dice en conversación con Infobae.
Ailín recuerda que no fue fácil y que los profesionales de la salud le cuestionaban su decisión e incluso un ginecólogo le pidió un examen psicológico para asegurarse de que estuviera en sus cabales.
“Le dije que quería ligarme y me dijo que no, que volviera en seis, siete meses, que lo pensara mejor porque me veía muy chica. Que tener hijos está bueno, que él tenía dos. Y me pidió una especie de pericia psicológica, como una nota de mi psicóloga que afirmara que estoy en mis cabales. Eso es totalmente ilegal. Me fui llorando del consultorio”, dice la estudiante de Ciencia Política en la Universidad de Buenos Aires.
Otras de las razones de Ailín para no ser madre es el actual momento que está viviendo la humanidad. “¿Traer una persona más a este mundo así como está, a formar parte de esta sociedad, con esta escasez de recursos?, ¿vivir con miedo de que le pase algo si es mujer y con miedo de que haga algo si es varón?, ¿tener un hijo para dejar un legado? ¿qué legado?”, argumenta.
Tras una serie de negativas y obstáculos llegó a “Ligadura de trompas – Argentina”, un grupo de Facebook donde otras mujeres que están en la misma situación exponen sus experiencias y entregan consejos a sus pares.
Ahí se enteró que en Argentina la ligadura de trompas es un derecho garantizado por ley desde 2006. Además, se contactó con una ginecóloga que accedió sin cuestionamientos.
“Me estoy encontrado con muchas personas que comentan en los grupos ‘si yo hubiera tenido esta información cuando era joven, no habría tenido hijos’. La maternidad no debería ser una imposición social”, asegura.
“Yo no juzgo a quienes eligieron ser madres, no voy por la calle diciendo ‘ay, ésta cómo se cagó la vida’, ‘está re loca’, ‘¿cómo va a tener tres hijos?’. Creo que es hora de sacar el juzgamiento sobre las personas que no queremos reproducirnos. No somos bichos raros, somos un montón que, el día de mañana, no nos vamos a lamentar por no haber hecho con nuestras vidas lo que queríamos”, afirma.
Si en algún momento se arrepiente, algo que no cree que ocurra, Ailín ha pensado que adoptar es la opción que se ajusta más a su filosofía de vida. “La de no traer más gente al mundo y atender a los chicos que ya tienen necesidades reales”.
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