Esta semana el Leicester hizo historia en el fútbol mundial luego de coronarse campeón de la Premier League por primera vez en sus 132 años de historia.
A inicios de la temporada nadie daba un peso por él. Tanto así que era el equipo en todo el mundo que menos posibilidades tenía de ganar algo: 5.000 contra 1.
Pero en un momento todo cambió. Algunos dicen que fue gracias al espíritu del rey Ricardo III mientras otros le agraden a una orgía en Tailandia que generó un terremoto dentro del equipo. Tal vez fueron las dos o simplemente el resultado de un trabajo en equipo.
Restos del rey Ricardo III
En 2013 el esqueleto del rey Ricardo III, -monarca que fue traicionado y asesinado por sus aliados que cambiaron de bando-, fue encontrado precisamente bajo el estacionamiento de Leicester.
En marzo de 2015, cuando el Leicester estaba a punto del descenso se dio sepultura definitiva a los restos del rey Ricardo III. Desde ese momento el equipo comenzó a ganar todos sus partidos.
Algunos dicen que las siete victorias en los últimos nueve partidos de la pasada temporada del equipo inglés son gracias a que por fin el monarca traicionado descansaba en paz.
Más de 500 años tuvieron que pasar para que el rey que fue derrotado (hecho que significó que Inglaterra hoy en día sea un país protestante y no católico) recibiera la sepultura que se merecía y al parecer a través del fútbol él lo estaba agradeciendo.
Orgía en Tailandia
Tras la seguidilla de victorias, el Leicester fue invitado a Tailandia por el dueño del equipo para que jugara algunos partidos de exhibición. Pero todo se salió de control: tres futbolistas del club -James Pearson, Tom Hopper y Adam Smith- participaron en una orgía con prostitutas en Bangkok. Una de ellas fue víctima de insultos racistas por parte de los deportistas. Todo salió a la luz luego que se diera a conocer un video.
Los tres futbolista fueron despedidos del plantel junto con Nigel Pearson, entrenador del equipo y padre de uno de los implicados en el escándalo. Aunque esto a primera vista parecía el fin de la racha ganadora del equipo, finalmente significó todo lo contrario. Con la salida de Pearson llegó Claudio Ranieri, responsable de que hoy el Leicester sea el monarca de una de las ligas más importantes del mundo.
Aunque el italiano de 64 años no dirigía en Inglaterra desde 2004 y llevaba más de ocho meses sin trabajo luego de ser despedido de la selección de Grecia, para los dueños del equipo parecía la mejor opción.
Y así fue ya que con Ranieri junto con el delantero Jamie Vardy (quien estuvo cerca de ser despedido luego de unos insultos racistas del que fue multado y debió pdir perdón) lograron el milagro y luego de un poco más de un año en donde estaban a punto de irse al despeñadero, el modesto equipo inglés hizo lo que no pudo ni el Manchester City, Chelsea o Manchester United: pasar de ser el equipo de nadie al equipo de todos.