Jim Tucker, un profesor de Indiana, en Estados Unidos, que también ejerce como entrenador de béisbol para niños, acaba de completar un proceso de adelgazamiento que le ha permitido perder más de 30 kilos y ahora ha querido compartir su experiencia con el mundo.
El docente de 30 años llegó a pesar 105 kilos, pero en unos meses consiguió bajar a 72, todo un mérito. Tucker reconoce que el confinamiento que sufrió en 2020 le afectó profundamente. No poder salir de casa le hizo volcarse en la comida y los videojuegos, desarrollando una vida sedentaria en la que el deporte brillaba por su ausencia. Por eso, su peso no hizo más que subir hasta que se dio cuenta que había ideo demasiado lejos
“Bebía toneladas de refrescos y zumos y comía toneladas de alimentos congelados y procesados. Además, estaba estresado por no tener la temporada de béisbol, lo que me hizo moverme menos y comer más”, dijo a Runner’s World. Cuando en la báscula superó los 100 kilos decidió que no quería pesarse más, porque no quería ver su evolución, pero entendió que no era la solución.
“Intentaba guiar a los jóvenes como su entrenador y profesor y no pensé que estaba enviando un mensaje tremendo a mis jugadores de béisbol y a mis estudiantes por tener sobrepeso”, reconoció. Pero cambió: “Sabía que la pandemia podría ser el único momento en mi vida en el que tenía días, semanas y meses para dedicarme por completo a un cambio de estilo de vida. Entonces, decidí concentrarme en comer mejor y correr”.
El running no era algo nuevo para Tucker. Había jugado al béisbol en el instituto y durante su etapa universitaria, por lo que estaba acostumbrado a correr. Fue lo primero que se le vino a la cabeza cuando pensó en un deporte que le ayudara a ponerse en forma. Partió dando vueltas por su barrio, un total de 3 kilómetros, que consiguió terminar sin detenerse.
Cuando estuvo cómodo corriendo esa distancia pasó a los 5 kilómetros y después, a los 8. Cuando llegó el verano y las restricciones se relajaron, comenzó a explorar nuevas rutas, pero la base ya estaba hecha. Le gustaba la sensación de acabar la distancia que se hubiera propuesto, aunque fuera agotador, y siguió adelante.
En apenas siete meses, Jim ya es capaz de correr 20 kilómetros y cada mes no baja de los 175 kilómetros recorridos. Ha conseguido perder más de 30 kilos, pero no solo lo ha logrado corriendo: sabe que su gran truco para adelgazar ha sido cambiar sus hábitos alimenticios. De la comida rápida y las bebidas azucaradas ha pasado a una dieta equilibrada y saludable.
El profesor asegura que bebe agua casi siempre y controla las calorías que ingiere cada día. Se permite un lujo una vez a la semana, pero trata de comer bien a diario. Reconoce que su vida “ha cambiado mucho en cuestión de meses. No solo estoy orgulloso de lo que he hecho desde el punto de vista del logro, sino que mi cuerpo también se siente mucho mejor”.
Jim no solo ha conseguido perder peso y verse mejor, sino que ha dejado de tener problemas de salud que llevaban meses con él: “No tengo dolor lumbar. Mi presión arterial es estable y normal. Mis rodillas y flexores de cadera se encuentran muy bien. Estoy orgulloso del progreso que he logrado y espero inspirar a otros a hacer lo mismo”.
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