Donald Trump acaba de recibir un duro golpe, justo en la víspera del primer debate de la campaña presidencial contra el candidato demócrata Joe Biden. Es que el diario The New York Times reveló que el actual mandatario de Estados Unidos no pagó impuestos federales sobre ingresos en 10 de los últimos 15 años.
De acuerdo al detalle entregado por el medio, el magnate apenas pagó 750 dólares en impuestos en 2016, el año que fue elegido para la presidencia de Estados Unidos, y la misma cantidad durante su primer año de mandato.
El republicano, el único presidente estadounidense de la historia reciente en no hacer pública su información fiscal, atraviesa una situación financiera complicada y afronta el vencimiento de millones de dólares en deuda, según el Times, que asegura haber tenido acceso a dos décadas de declaraciones tanto de Trump como de sus centenares de empresas.
Alan Garten, abogado del conglomerado empresarial del neoyorquino, declaró que “la mayoría, si no todos los hechos parecen imprecisos”, y aseguró en un comunicado: “Durante la pasada década, el presidente Trump ha pagado decenas de millones de dólares en impuestos personales desde que anunció su candidatura en 2015”. Aun así, el Times apunta que el asesor mezcla impuestos sobre las rentas con otros impuestos federales y hace un uso ilegítimo del concepto de crédito fiscal.
El periódico también reveló una disputa de Trump con la Hacienda estadounidense que, en el caso de que sea resuelta en su contra, le costaría una multa de 100 millones de dólares, y, asimismo, que en los próximos cuatro años deberá hacer frente al pago de 300 millones de dólares en créditos de los que él es responsable personalmente. Según la revista Forbes, Trump tiene un patrimonio de 2.500 millones de dólares.
Las declaraciones fiscales del mandatario, celosamente protegidas por el interesado, eran uno de los documentos más codiciados por el periodismo estadounidense, así como por los fiscales y los políticos demócratas, al menos desde que el empresario llegó a la presidencia hace casi cuatro años. En una conferencia de prensa en la Casa Blanca, el presidente desestimó la exclusiva, calificándola de “informaciones falsas, totalmente inventadas”.
“He pagado mucho, y también he pagado muchos impuestos sobre la renta a nivel del Estado, el Estado de Nueva York cobra muchos impuestos”, agregó. De hecho, noviembre de 2019 salió a la luz que Trump, originario de Nueva York, había trasladado su residencia fiscal desde la Trump Tower en la Quinta Avenida de Manhattan al club Mar-a-Lago en Palm Beach.
El magnate siempre se ha jactado, por una parte, de ser muy bueno en los negocios y, por otra, de ser lo bastante hábil como para pagar pocos impuestos. Pero al mismo tiempo ha tratado de ocultar toda esa información, que tradicionalmente los candidatos presidenciales hacen pública. La Fiscalía del Distrito de Manhattan llevaba tiempo reclamando esa información, al igual que los demócratas en el Congreso, y el asunto acabó en el Tribunal Supremo.
La máxima instancia judicial estableció que Trump no puede bloquear la información financiera y fiscal que le reclama la Fiscalía, aunque devolvió a los tribunales inferiores la demanda del Congreso. Ambas demandas estaban relacionadas con la investigación por los pagos opacos que realizó antes de las elecciones de 2016 para silenciar dos supuestas relaciones sexuales extramatrimoniales. La semana pasada trascendió, también en una información avanzada por The New York Times, que la misma oficina del fiscal general de Manhattan había encontrado ya base suficiente para investigar al presidente y a sus negocios por fraude fiscal.
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